En los últimos casi 15 años, el Atlético de Madrid ha experimentado un gran éxito bajo la dirección de Diego Simeone. Sin embargo, hay un detalle que ha llamado la atención de muchos seguidores del club: el dorsal número 17 parece estar maldito en la era del «cholismo».
Este número, que ha pasado por más manos que cualquier otro en el equipo, ha sido asignado a diversos jugadores a lo largo de los años. Desde la llegada de Simeone al banquillo en 2011, el dorsal 17 ha sido portado por jugadores como Raúl García, Mario Suárez, Raúl Jiménez, y más recientemente por Ángel Correa.
La pregunta que surge es ¿por qué este número en particular ha sido tan problemático para los jugadores que lo han llevado en sus espaldas? Algunos creen que se trata simplemente de una coincidencia, mientras que otros sugieren que podría ser una especie de maldición que ha caído sobre el dorsal.
Raúl García, quien fue uno de los primeros en llevar el número 17 en la era de Simeone, tuvo un buen rendimiento con el Atlético de Madrid, pero también vivió momentos complicados durante su estancia en el club. Mario Suárez, por su parte, tuvo un paso discreto con el dorsal 17, antes de ser traspasado al Watford.
Raúl Jiménez, otro de los jugadores que vistió el número 17, no logró destacar en su paso por el Atlético de Madrid, y posteriormente fue vendido al Benfica. Ángel Correa es el último en sumarse a la lista de jugadores que han llevado este dorsal, y aunque ha tenido buenos momentos con el equipo, algunos creen que la «maldición» del número 17 podría afectar su rendimiento en el futuro.
A pesar de las circunstancias adversas que han rodeado al dorsal 17 en el Atlético de Madrid, algunos jugadores han logrado superar la presión y rendir a un alto nivel con este número en la espalda. Es el caso de Thomas Partey, quien llevó el 17 durante su estancia en el club y se convirtió en un jugador clave en el equipo antes de su traspaso al Arsenal.
En definitiva, la historia del número 17 en el Atlético de Madrid en la era de Diego Simeone es una curiosa y enigmática que ha capturado la atención de los aficionados del club. ¿Será realmente una maldición o simplemente una coincidencia? Solo el tiempo lo dirá, mientras tanto, los jugadores que porten este dorsal en el futuro deberán estar preparados para enfrentar cualquier desafío que les depare el destino.